¿Miedo a las culebras?… ¿y a violar niños no?

POR IDAYSI CAPOTE

 Publicado en elnuevoherald.com el

¡Inaudito! No pude seguir leyendo un artículo donde los casi 200 depredadores sexuales de niños, exconvictos, de no sé qué ley, ni aprobada por quién, temen ser trasladados a un lugar apartado y rural de Miami.

Viven en carpas, reclamando derechos y aterrados por culebras y la oscuridad de un monte hacia donde los querían trasladar. ¿Y la oscura vida de tantos infantes violados, traumatizados, con familias sufriendo por sus hijos y por la impotencia de ver esta impunidad?

Condenan a cadena perpetua y hasta a pena de muerte a personas que asesinaron a una o varias víctimas; ¿y violar a niños no es peor?… Las secuelas psicológicas son tan graves que asesinan el crecimiento sano de estas pequeñas mentes tan dañadas que hasta pueden terminar en criminales también. ¡Que los perdone Dios! Yo no puedo. Lo siento, pero la niñez es sagrada.

Esta especie de “gueto” de malhechores es muy perjudicial porque los hace sentir en manada, ayuda a que estén identificados con un grupo de iguales, que no han hecho nada tan malo, que no son los únicos. O sea, se normalizan sus comportamientos en sus mentes, se ven normales a sí mismos; afirman especialistas del tema. ¡Qué peligro!

Es increíble que sucedan cosas así en los Estados Unidos de América. Este tema tan atroz, doloroso y aborrecido en culturas como la nuestra, se les ha ido de las manos a jueces sensatos que tengan un corazón humano. Me hace pensar que quienes liberan a estos criminales no saben que la necesidad de violar y la excitación sexual por los niños no tiene cura. Es una orientación aberrada y abominable de por vida. Lo volverían a hacer. Son un peligro inminente. No han pagado ni pagarían de ninguna manera.

En YouTube vi varios vídeos del FBI con declaraciones de agresores que confesaron que aún en la cárcel continúan teniendo fantasías eróticas de sus actos o de violaciones a menores que vieron en vivo por Internet. Entonces, en las carpas callejeras donde habitan estos delincuentes en Miami, traen o no consigo los mismos recuerdos, las mismas imágenes de sus actos extremadamente criminales. Y una excitación, antesala de un nuevo acto de violación sexual a menores, el siguiente paso: Convertir una fantasía en realidad. Continuar hasta que el abuso sea palpable y real.

Quienes defienden a estos individuos a capa y espada es porque no tienen un niño o una niña y hasta bebés abusados por estos monstruos-errores de la naturaleza. Atendiendo al hecho de que la mayoría viola la infancia de chicos muy cercanos. Casi el 50% de este delito –poco penalizado– es cometido por uno de los progenitores, padre o madre. Le siguen los abuelos, padrastros, hermanos, tíos, vecinos, amigos… es nauseabundo tratar de imaginar a esta gentuza disfrutando de dichos crímenes.

Aquí en EEUU casi llega al 40% los que materializan la mayor morbosidad con menores de cinco años. Y un 19% en niñitos que no llegan a tres. Según el testimonio de un depredador, el objetivo es uno: que no sepan hablar. ¿Se cuidan o no las espaldas? Con tanta cautela… ¿saben o no que es horrendo lo que hacen?

Si el problema es mental, lo que los llevó a cometer estos crímenes y que fue una locura lo de excitarse y violar a estas vidas indefensas; ¿por qué no demuestran la demencia y se paran delante de una rastra que venga a 80 millas por hora para exonerarlos por estar locos de remate? ¿Por qué no les viene el verdadero arrepentimiento y amanecen, por tanta vergüenza, suicidados? ¿Por qué los remordimientos no les quitan el sueño, ni las ganas de comer, ni la necesidad de respirar?

Los derechos humanos se incumplen con las familias que no ven la justicia por ninguna parte. Para estos bebitos, niñas, niños, adolescentes que sufren en silencio, que se sienten sucios, indignos y hasta culpables. Para todos ellos, a sus vidas les torcieron el rumbo.

Soy guajira, y decían en mi pueblo que cuando una persona pierde la moral debería desaparecer de este mundo. Pero estos desalmados reclaman derechos y creen que ya pagaron a la justicia de los hombres. ¿Y ante sus conciencias? ¿Se sienten libres de toda culpa?

Periodista y escritora cubana.

Siga a Idaysi Capote en Twitter:

@idaysicapote

Imagen tomada de Google

 

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