Por Idaysi Capote
Este aristócrata comunista con una verborrea arcaica y repleta de metáforas que causa mareos a millones de cubanos, sólo es leal a su ambición solapada y a la historia real o “inventada” que pueda convertirse en €uros o en dólare$ mediante la explotación del casco histórico de La Habana.
El 99.9 % de lo rescatado o restaurado por la oficina del historiador no es para cubanos que viven en los trozos de edificios que han dejado en pie el tiempo y los derrumbes, donde cada segundo la muerte asoma.
Tampoco esta labor titánica de restauración tan elogiada y premiada mundialmente es para la mayoría del pueblo de Cuba que recibe un salario estatal simbólico. Este idilio es para otro nivel de salarios o fortunas, para gente local o foránea con los bolsillos llenos.
El historiador Eusebio “Leal” hasta hace poco estuvo al frente de Habaguanex S.A. “una de las empresas que más dinero mueve al interior de la economía cubana en cuanto a montos de inversión y turismo”. ¿Y para quién tantos millones ganados y burlando el bloqueo del Imperio?.
Todavía retumban en mi y en miles, los elogios o la declaración de amor pronunciada por esta ficha primordial del tablero de la dictadura Castro-Comunista:
«Raúl es de una sensibilidad casi desconocida; ha sido ministro de día y por la tarde y siempre, el hombre del Partido, con la convicción de que el Partido es la Revolución»
A buen entendedor le basta para reconocer la complicidad íntima entre el dictador de turno en jefe y este personaje también traidor a Cuba, la patria; y a los cubanos.
Recuerdo que en el año 2000, La Habana afirmaba que este Señor, vestido de caqui gris casi siempre al estilo de “constructor de fortunas”, frecuentaba en el hotel Ambos Mundos, en una esquina de la calle Obispo de la capital cubana, una habitación fija y sin pagar para encuentros amorosos con una joven como lo haría Hemingway -pagando su cuenta- en la habitación 511, en el mismo lugar donde también vivió y escribió casi tres novelas.
A finales de la década de los 90’s cayó una plaga de saqueadores en la provincia de Camagüey a nombre de Eusebio Leal para requisar y pagar ínfimas cantidades de dólares por todas las reliquias de la época de la colonia española o de la neocolonia hasta que llegó el comunismo en 1959 y mandó a parar todas las libertades, todos los derechos, y todo el respeto a la dignidad del pueblo de Cuba.
Recuerdo que le vendí a un enviado de palacio, un antiguo y gigante frasco de porcelana francesa usado entonces en las farmacias o droguerías. Sabía que estaba siendo estafada cuando me ofreció 5 dólares por aquel objeto de museo, pero ese ridículo pago lo necesitaba a gritos.
Entre comunistas se exalta el poderío de Eusebio “desleal» Spengler dentro de la mayor de las Antillas. Al punto de tener hasta llHABANA RADIO, la emisora de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, por los 106.9 FM, situada en el lujoso y modernizado edificio La Lonja del Comercio.
Allí estuve en 1999 en la oficina de la SGAE -Sociedad General de Autores y Editores , que es una sociedad privada española reconocida legalmente como de gestión colectiva, dedicada a la gestión de los derechos de autor porque quise proteger un guión cinematográfico inédito que escribí y había sido finalista en la XX edición del festival del Nuevo Cine latinoamericano celebrado cada diciembre en la capital del archipiélago cubano.
A la oficina de la SGAE casi llegué sin voz de tanto gritar, porque nunca había subido a un elevador transparente, súper moderno que me asustó tanto como una montaña rusa. Aquello era lujoso como de primer mundo. Dicen que le dieron candela después de restaurado. Ah¡ y allí no logré mi propósito.
Fue tanto el brillo y el poder mediático de Eusebio Desleal, que empezó a incomodar al dictador de dictadores, Fidel Hitler Castro Ruz. Era comentario popular que este historiador estaba tomando una connotación que molestaba a Fidel. Intuyo que un hombre de tanto mundo haya captado el mensaje y antes de un explote seguro o destitución, decidió aliarse públicamente a la dictadura Castro-Comunista cubana para conservar el estatus en su cumbre cómplice y borrascosa.
¿Cuántos edificios de la Habana Vieja serán restaurados donde viven familias que no pueden pagar ningún arreglo de sus apartamentos porque gana la mayoría 16 dólares al mes como salario mínimo?
Muestren la lista de cuántas adultos y niños han muerto en los derrumbes de esta zona donde radica el historiador Eusebio “Leal” en los últimos 60 años.
Acaso se puede amar a Cuba y apoyar sin límites a la dictadura Castro-Comunista Asesina?
Suena coherente que un historiador alabe al dictador Raúl Castro, quien es el causante junto a su hermano Fidel de la demolición de Cuba, de su cultura, su idiosincrasia, de su historia y de sus costumbres como nación?
¿La historia pertenece a un partido o a la Patria?
(“”) Tomado de https://adncuba.com/
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