“Operación Pacotilla” en la aduana de Cuba

Por Idaysi Capote

 

“Operación Pacotilla” en la aduana de Cuba

Abilio, coronel retirado de las FAR o Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba, guardó el uniforme verdeolivo para dirigir una mini pandilla de aduaneros en la terminal #2 del aeropuerto de La Habana.

Cinco hombres de la peor calaña, destacando este ex coronel al mando, que tuvo durante 25 años el entrenamiento hitleriano, el favorito de Raúl Castro Ruz quien era jefe del ejército para evitar un golpe de estado a su hermano Fidel.

Esta decisión de su retiro vitalicio y súper remunerado de las FAR fue motivada por la falta de placeres que vivió a precios simbólicos, con total privilegios mientras que el comunismo de Cuba subsistía parasitando del mega cordón umbilical desde Moscú, con una longitud aproximada de 9 550 kilómetros.

Y cómo operaba este quinteto: Cuatro aduaneros-con jefe incluido- un taxista privado con su Lada asignado por trabajador ejemplar, esperando en el parqueo a que salieran cada día estos cuatro caballos de Troya. Un apartamento alquilado para descargar la mercancía “decomisada» y repartirla a partes iguales para entregarla a una red de vendedores.

Muchos días de los que duró esta Operación Pacotilla, el taxista tuvo que ir hasta cuatro veces al apartamento rentado, por exceso de misceláneas ocupadas por esta banda.

El objetivo principal de los cinco se afianzó todo el tiempo en los pasajeros procedentes de Miami. Los que se irrespetan sin piedad por vivir en tierras del enemigo psicológico de los Castro Ruz, los que se catalogan por la dictadura cubana como los verdaderos traidores a la Patria o a la revolución, dos palabras en sincretismo inventado por estos dictadores antillanos desde 1959.

A cada cubano residente en Estados Unidos o “los comunitarios” le decomisaban cuánto fuera posible: comenzando por los artículos más cotizados en el mercado negro dentro de Cuba en 1993.

Ancianas y ancianos siempre han sido el blanco perfecto. Ellos encabezan las listas de estafas de estos aduaneros de la revolución cubana.

Cuando desapareció el comunismo de Europa del este, y antes del éxodo de los balseros cubanos en 1994, Cuba estuvo a la enésima potencia del período especial perenne en época comunista. Poco faltó para andar como Adán y Eva, pero donde se implante el comunismo no hay paraíso.

Y ¿quién era Abilio?. Pues un hombre casado con una esposa ambiciosa. Ambos, progenitores de unos gemelos, ya adolescentes, a los que les inculcó como buen padre comunista, el arte de robar.

El juego favorito con sus dos hijos varones casi idénticos, consistía en ir al mercado en la época bolchevique cubana, y esconder en el carrito de compras la mayor cantidad de artículos comestibles sin pagar. Y el jaque mate de este juego: no ser descubiertos y salir con vítores incluidos dirigidos al que más alimentos acumulara. Para después comerlos en medio de la jactancia y celebración por tal hazaña con la guía de papá.

Abilio no perdía oportunidad para irritarse y delatar cualquier ilegalidad en su barrio. Hasta a vendedores de dulces caseros, que eran viudas de soldados que murieron en Angola, o por cualquiera que no le alcanzara el salario, que se arriesgara a finales de la década de los 80’s y principio de los 90’s a pararse fuera de los mercados cuando este acto era ilegal y no existían las licencias para negocios.

Aclaro, la Operación Pacotilla priorizaba el decomiso de artículos caros en cualquier parte del mundo. Los cubanos y la mayoría de los emigrantes nos quedamos muchas veces viviendo con un minimalismo a gusto con tal de beneficiar a los que amamos y quedaron detrás. Para que olviden un poco la pobreza y el hambre en países, sobre todo, comunistas.

Abilio, después de gozar los privilegios en Cuba, fue cambiando según su conveniencia.

La Operación Pacotilla abortó. Fue interrumpida por un soplón de otra pandilla de aduaneros en la terminal #2 del aeropuerto de La Habana porque este quinteto estaba operando en grandes ligas. La envidia entre ellos provocó el “explote» o la expulsión de los servicios de estos otros cinco que tampoco pagaron de ninguna manera por sus historiales delictivos.

Este tránsfuga, ahora ex militar y ex aduanero, enseguida saltó a la embajada española en Cuba. Consiguió la naturalización, era entonces un ciudadano español más, odiando visceralmente los Estados Unidos de América, defensor de la revolución cubana, y alérgico a vivir sin privilegios dentro del territorio nacional cubano .

@idaysicapote

Foto tomada de Google

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