Por: Idaysi Capote
Viengsay Valdés es una comunista que baila y una bailarina que profesa su total apego a la dictadura de los Castro Ruz.
Por cosas de Cuba comunista o Macondo tropical; Valdés es la subdirectora artística del Ballet Nacional de Cuba(BNC). Rango máximo dentro de esta entidad cubana de la danza; porque la occisa Alicia Alonso se llevó a la tumba -por los siglos de los siglos- la dirección assoluta de la compañía que creó junto a su primer esposo, Fernando Alonso y a su cuñado Alberto en 1948.
Dicen que Viengsay Valdés ni es cubana. Ella alega que sí. Que la procrearon en Laos; donde su padre era el embajador y representante del dictador cubano Fidel Castro, de su involución de varias décadas y de mil siglos de injusticias.
Cuenta esta leyenda que su madre vino a La Habana en 1976 a traerla a un mundo de privilegios, y que a los 90 días de su nacimiento volvieron juntas al sudeste asiático.
Valdés fue nombrada Prima ballerina del BNC, porque Alicia Alonso con las manos sobre el fuego sin consecuencias; aseguró que Viengsay conlleva la mezcla necesaria para sobrevivir en la élite de la dictadura cubana a la que pertenece la joven: talento para llenar las arcas de los Castro, y una existencia ajena a la vida cotidiana de los cubanos de pueblo.
Al morir la directora eterna del Ballet Nacional de Cuba, expresó Viengsay que… “ahora, busca iniciar una nueva era en el ballet de la isla caribeña”.
Un artículo de Sputnik asegura que ha sido el cubano un “Ballet muy criticado por su repertorio antiguo y por su falta de modernización, factores que contribuyeron al éxodo de muchos de sus mejores bailarines a compañías extranjeras”
Alicia Alonso quedó obsoleta desde hace años; por ese amor a lo impuesto e inamovible tuvo tanto en común con su “amigo” Fidel Castro. Más que amistad, entre Alonso y Castro hubo un trueque:
Castro:
-Te quedas en Cuba y le das caché a la vulgar revolución cubana, y tapas con kilómetros de tul el río de sangre que desbordamos.
Alonso:
-Me quedo, me sustentas cuando lo necesite, y no te entrometes jamás en mi compañía.
Fidel Castro cumplió con su promesa a Alicia Alonso, al punto de no molestar a ningún bailarín homosexual en tiempos de la UMAP o el Gulag cubano, afirmó la bailarina en una entrevista.
Alonso y Castro no dejaron florecer ni al ballet ni a Cuba. Provocaron un largo paréntesis en ambos mundos -la danza y la Patria- por ello, en Cuba seguimos en tiempos de Pepe Antonio.
Valdés, “como nueva dirección del Ballet Nacional de Cuba busca renovar la institución con nuevas coreografías y bailarines que habían emigrado a otras compañías”
Más adelante, la confirmación de que Viengsay Valdés no sólo es Prima ballerina; también es una columna que sustenta el comunismo de Cuba.
Ella sugiere la misma estrategia que el anticubano Miguel Díaz-Canel, cuando invita a que regresen cubanos a la isla para negocios con el comunismo que los alejó de la Patria.
Se trata de atraer a la Mayor de Las Antillas a los bailarines cubanos que ya son millonarios, o tienen un prestigio mundial; porque salieron de la isla a comerse el mundo, porque lograron respirar en un universo inimaginable al escapar de la vida y el arte aplastados por las zapatillas de acero de la Alicia Alonso autoritaria.
Al ver bailar a Viengsay Valdés, parece que lo hermoso existe sin estorbo. En cada giro interminable, repleto de belleza, la idealizas…
El pensamiento vibra libre, y libre se torna el respeto de cada derecho, de cada cubano del pueblo de Cuba al que puede contribuir Viengsay Valdés con la libertad infinita que envuelve el arte.
Valdés tendrá un *Premio Benois cuando le importe Cuba; cuando llore fuera del escenario al ver cada injusticia, en cada giro, sin puntas…
Imagen tomada de Google
*Premio Benois, el Oscar del Ballet
La prima del Quijote 
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