¿El aborto es siempre un crimen?

Por: Idaysi Capote

 

Las leyes a favor o en contra del aborto las dictan hombres generalmente; cuando el embarazo es una exclusividad femenina desde Génesis hasta este milenio, hasta este minuto.

Cuando vives en una sociedad comunista como la cubana, es común que el sexo y la creación se sientan separados; desde un lado de la vida que no imaginan los que saben de izquierdas: por discursos, libros, teorías, o viajes turísticos.

Ante una existencia caótica; repleta de “hambre, de hombres y de hembras” -parafraseando el título de Daína Chaviano- se mezclan estos tres componentes y se termina en un éxtasis a favor de la subsistencia… se intenta vivir a toda costa.

Una cama, en el mejor de los casos; un cigarrillo ocasional, y esperanzas que chocan con la frustración en cada víctima de la dictadura anticubana.

En millones de encuentros se da la intimidad como un refugio para el mantenimiento de una mente lúcida; a pesar del atropello político que no permite vaciar tus pensamientos, con sus límites ya sobrepasados.

A este punto la enajenación es natural ante un sistema inhumano que mutila las palabras y la coherencia entre el pensar, el sentir y el ser. No todos han quedado fuertes. El miedo por seis décadas habita en los tuétanos.

Los que no se atreven a ser disidentes, porque saben que llevarán la muerte en sus zapatos; miles de este grupo «apolítico» pasan a otra dimensión a través de intentos o de orgasmos reales o idealizados que hacen creer por instantes en la felicidad. Entonces se convierte este acto íntimo en adicción o en un deporte diario.

Los embarazos llegan casi siempre por anticonceptivos caducos, o por la carencia de protección debido al embargo interno de Cuba.

Los abortos son gratis, y el régimen Castro ha entrenado por más de 60 años a la mujer cubana para que desechen el resultado del sexo, concepto separado de una nueva vida.

Cuba en unas décadas tendrá una población envejecida porque la natalidad no se estimula. No le  conviene económicamente al país que no tiene abastecimiento destinado para los más de once millones de habitantes que no terminaron en una cubeta de un salón de legrados.

El turismo internacional tiene prioridad en todo, por encima de los habitantes de la isla.

Era 1998 vi un documental en una muestra de cine; aún vivía en Cuba. Lo proyectaron una sola vez y lo censuraron por revelar el índice de un aborto a la par de un nacimiento en un hospital materno infantil.

Con amigos galenos y un buen regalo puedes abortar hasta de seis meses.
Tuve una vecina que a los 16 años escondió el embarazo a los padres; y por andar tan soñolienta -algo raro en ella- la madre la descubrió.

Viajaron a la provincia de Ciego de Ávila, a más de 100 kilómetros del pueblo natal de la futura mamá y del “qué dirán”. Le pusieron un suero de Pitocin, llegaron las contracciones y tuvo este parto inducido casi natural y sin complicaciones. Nació una niña sana, y la madre adolescente esperó en recuperación dos días. Le avisaron cuando murió la bebé.

En la historia clínica, en el papeleo del ingreso escribió el Gineco-Obstétra que el embarazo sería interrumpido después de varios exámenes que mostraron varias malformaciones congénitas.

Desde el primer síntoma de un embarazo en Cuba, muchas familias hacen una asamblea de los pros y los contras de tener un hijo.

La lista negativa es larga… ya vivimos muchos en esta casa; ¿cómo vas a estudiar con un bebé?; donde comen dos, comen diez; ¿y el padre?… Dice que no es de él; y su madre: que él casi está al graduarse de medicina; aquí no hay dinero; la canastilla no me preocupa, tengo la tuya hace 15 años guardada; vivimos lejos del Hospital Pediátrico, si se enferma no tenemos ni una bicicleta; en mi cuarto no lo quiero, estudio de madrugada para salir de esta miseria…

Entonces la chica tendrá el cerebro más grande que el vientre. Sabe que es titánico traer un hijo a Macondo tropical. Que muchas veces no comerá ella para alimentar mejor al bebé. Que sufrirá porque puede que nunca tenga un juguete nuevo. Que, si quiere tenerlo cercano a príncipe, ella será una mendiga. Está convencida de que le sobrará el amor, si es que su hijo(a) lo percibe así, cuando le llegue este sentimiento depurado por tanta tristeza y frustración.

La concepción, el aborto, o un nacimiento depende también de cómo vives; porque así piensas.

@idaysicapote

Foto tomada de Google de PanAm Post

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