Por: Idaysi Capote
Cuando pienso en mi Patria, pienso en Martí.
Cuando lloro por Cuba; que agoniza bajo el yugo injusto del comunismo que sufrimos los cubanos -viendo su cielo o lejos de él- puedo ver al apóstol morir mil veces antes que soportar una injusticia más de esa nube negra que la cubre de oprobio sin cesar.
Tantas vidas valerosas entregadas por la libertad y soberanía de la Mayor de Las Antillas, hoy parecen hechos en vano.
El régimen de seis décadas y la ausencia de piedad y vergüenza de esta fuerza endemoniada, muestra sin escrúpulos que son proxenetas de Cuba, y la tratan como la más vulgar de las prostitutas.
Los dictadores Castro Ruz han saqueado la isla sin límites. Los cubanos hemos vivido más de 60 años el ultraje descomunal de todo lo espiritual y lo material que convierte en digna la vida.
Esta maldición anticubana logra el convencimiento en millones de nativos de la isla, que confunden derechos con privilegios únicos en el planeta Tierra.
Muchos de los que nunca han salido del archipiélago cubano creen que la educación y la salud gratis fueron un invento mantenido por bondad de Fidel Castro y exclusivo para Cuba.
Este dictador, alias «el tsunami de Birán» desde 1959 trató de hacer ver su “revolución” como el Edén de las Américas.
El pueblo fue adoctrinado desde entonces con narco-socialismo hasta en la hora de dormir; se usaron almohadas ruso-bolcheviques que dejaban poco espacio al discernimiento individual.
José Martí es el ejemplo de la rebeldía ante la afrenta a Cuba, la Patria donde nació; a pesar de ser un adolescente a quien le corría pura sangre española por sus venas. Se debía al suelo donde respiró por primera y última vez.
Sufrió cárcel, destierro, calumnias, injusticias por los que odiaban. Él siempre tuvo claro de estar en el bando de los que fundan y aman.
No está la humanidad completa sin derechos humanos respetados. No puede vivirse de espaldas a la Patria mientras las rejas de la cárcel política se imponen delante de ideas justas de libertad.
Hoy en Cuba, bajo ese régimen opresor, todo el ejército libertador del siglo XIX estaría preso, desterrado o fusilado.
José Martí sería el primero de los perseguidos; llevado a prisión por brillar como líder.
También sería un mártir de la oposición anti socialista, anti castrista, anti humana. Los héroes están prohibidos en Cuba comunista.
La decencia de José Martí no tuvo semejanzas con ningún dirigente actual comunista y anticubano. Es una comparación irrespetuosa e indignante.
Martí pasó penurias extremas por la libertad de Cuba. Vivió con tal pobreza que espantó a su esposa Carmen Zayas-Bazán y a su hijo en brazos; y volvieron a Cuba sin el horcón familiar que tenía también en su corazón la familia inmensa cubana y oprimida por la Colonia española.
Un cubano que deja de pensar en sí porque la Patria desborda su pensamiento, carece de ambición de islas, cayos, mansiones, yates, orgías, millones de dólares… como viven los Castro Ruz en Cuba.
Martí anduvo con zapatos tan viejos y hasta rotos buscando ayuda de inmigrantes cubanos en Estados Unidos para la buena causa cubana de independencia y soberanía.
Por vivir hoy bajo el atropello de la extrema izquierda que somete a Cuba, Martí tuviese hasta un grillete de ideas.
No bastaría el que le impuso la opresión colonialista de España en su tobillo derecho por escribir bajo rebeldía por causa de desacuerdo total contra el ultraje a Cuba.
“Yo suelo olvidar mi mal cuando curo el mal ajeno”… le escribe a su madre Doña Leonor mientras era tratado como esclavo en las canteras de San Lázaro, donde se olvidó de su dolor con 17 años mirando el horrendo panorama que le rodeaba:
Escribió José Martí:
*“Dante no estuvo en presidio. Si hubiera visto desplomarse sobre su cerebro las bóvedas oscuras de aquel tormento de La vida , hubiera desistido de pintar su infierno. Las hubiera copiado y lo hubiera pintado mejor”…
*Allí conocería al anciano Don Nicolás Castillo, acusado de insurrecto, apaleado diariamente por los guardias e imposibilitado de sostenerse por las llagas en sus pies, era tirado en una carreta y enviado a las canteras medio muerto.
*También sería compañero del niño de 12 años Lino Figueredo, hijo de un campesino, que por llevar el apellido de un ilustre mambí lo encerraron hasta que la enfermedad y los malos tratos lo convirtieron en una sombra de lo que fue, pero no sería el único menor preso, el negrito Tomasito de 11 años, sobrevivía sin comprender desde su mente infantil porque le pegaban a diario los salvajes guardianes”
Estas mismas palabras diría hoy José Martí de las cárceles políticas cubanas. O es posible que añadiera palabras nuevas ante el comunismo que desconocemos los que hemos estado del otro lado de las rejas, aunque Cuba es una cárcel; y Martí, un cubano que daría su vida otra vez ante la injusticia malévola y sin límites del régimen comunista anticubano.
Parafraseo al Apóstol:
Dante estuvo en hotel de Varadero; no tendría pinceles ni óleo suficientes para convertir en imágenes los crímenes sufridos por los cubanos en pleno tercer milenio, frente a los ojos del mundo, en nombre de la justicia.
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Fuente:
Un comentario en “José Martí y los únicos enemigos de Cuba”