Por: Idaysi Capote
Cuando escucho hablar de abuso sexual en la infancia u adolescencia; y la afirmación de que casi siempre ocurre entre conocidos, confieso que es verdadero.
A mis 12 años, y midiendo un poco más de cinco pies, estuve coaccionada por unos minutos de mil segundos contra una pared de una de las dos piscinas de mi escuela secundaria.
El estudiante de último año de bachillerato llamado Pedro Nodal; ya convertido en un hombre de 18 -a quien creía mi amigo- hizo que mis temblores formaran olas. Al menos esa fue la percepción de mi debut ante un depredador sexual.
La piscina estaba llena de adolescentes de secundaria básica -casi todos de séptimo grado como yo- y repleta de luz del sol tropical.
Quedé paralizada cuando Pedro redujo la cercanía a pocos centímetros de mí; y su alta estatura amenazante me hizo sentir la máxima sensación de vileza cuando sin ton ni son abarcó con su mano de adulto el triángulo delantero de mi bikini entre mis caderas infantiles, aún sin desarrollar.
Mi reacción fue silenciosa, tuve que levantar la cabeza para mirarle a los ojos y desconcertada ante aquel rostro sin expresión le pregunté sin palabras: ¿Tú? ¿Por qué me haces esto?
Traté de salir de aquel encuadre donde estuve prisionera por la depravación. Resbaló mi espalda sintiéndome cada loza azul en las vértebras para zafarme de este acoso que mi mente guarda como algo grandiosamente triste, perverso, y nauseabundo.
Él repitió el acto. Quería llegar a otro nivel. Entre un empujón que le di yo, y el halón que me dieron ellas; logré escapar con mis amigas que se acercaron para jugar voleibol. Ninguna sospechó nada. Nunca lo conté, hasta ahora.
Era 1982, y este sujeto terminaba ese año en la Escuela Vocacional General Máximo Gómez Báez, en Camagüey, Cuba; para estudiar la carrera que seleccionó: Contrainteligencia militar o chivato de por vida.
En “la vocacional”, como se les llamaban popularmente en Cuba, estudiábamos la Secundaria Básica y el Bachillerato. Pasaríamos seis años entre hermanos. En la isla eran seis también las escuelas de este tipo.
Su primer apellido fue el motivo para entablar una amistad inocente con aquel hombre hecho y torcido. Era el apellido de mi abuela paterna, Julia Nodal; quien tenía un hermano viviendo en la misma zona donde él vivía.
La afinidad en la pubertad es abundante; se unen por valores, defectos, pasiones, sufrimientos… Es la etapa de los amigos. Se crean vínculos por cualquier cosa, y muchos son de por vida.
No sé el por qué encontré este nombre por estos días. Nombre que no puede estar repetido en la vida de otro cubano.
Pedro Nodal, coronel retirado de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR).
La misma provincia: Ciego de Ávila; de donde era oriundo este exjefe del Estado Mayor Provincial. En pocas palabras: el cerebro en esa región funcionando a favor de las órdenes del dictador Raúl Castro Ruz.
Y Nodal, entrenado al estilo de un canino de Pavlov; el Nobel ruso que experimentó con perros.
En un principio, hacía sonar una campana antes de alimentarlos, así les condicionó el reflejo de relacionar dicho sonido con la acción de comer. Se concentró en la segunda parte del experimento:
Al hacer sonar la campana, detectó la secreción de saliva o babeo oceánico…etc.; como los comunistas detrás de los narcos-hitlerianos Fidel y Raúl.
No imagino qué máquina de perversión puede ser hoy este estudiante que conocí en su último año del pre universitario con el poder de jefe absoluto de una legión del emperador Raúl.
Si no fuera el coronel retirado Pedro Nodal Loyola, a quien se menciona en varias búsquedas de Google, pues será un doble.
Apuesto que es el hombre que pudo traumatizarme a un nivel estratosférico, porque en este punto de la Tierra, llevo la cicatriz del trauma de padecimiento mantenido durante casi cuatro décadas por la versión del comunismo de Fidel Castro.
Ese incidente pervertido a mis 12 años encendió el bombillo en rojo de la gente sin honor.
Qué diría José Martí ante tal vileza:
Parafraseo estas líneas escritas por el Apóstol a María Mantilla
-Amistad “es
delicadeza, esperanza fina,
merecimiento, y respeto”
Imagen tomada de Google
Estado Mayor Provincial
A fines de 1984, por decisión del MINFAR se comenzaron a formar las plantillas de lo que serían los estados mayores municipales y el Estado Mayor Provincial en la provincia de Ciego de Ávila. Se unificaron también los comités militares, la Defensa Civil y las MTT del territorio. El 24 de julio de 1985 quedó constituido el Estado Mayor Provincial en acto solemne. La jefatura estaba integrada por:
• Jefe EMP: Coronel Pedro Nodal Loyola
• 1er Sustituto Jefe EMP: Coronel Julio Cárdenas Ramírez
• Jefe Comité Militar Provincial: Teniente Coronel Alfredo López García
• Jefe de Operaciones: Teniente Coronel Eddy Tornett Montero
https://www.ecured.cu/Regi%C3%B3n_Militar_de_Ciego_de_%C3%81vila
http://www.radiorebelde.cu/noticia/rinden-homenaje-combatientes-playa-giron-ciego-avila-20110415/
http://www.cubadefensa.cu/?q=region-militar-ciego-avila&b=d2
https://www.globalsecurity.org/military/world/cuba/rm-sancti-spiritus.htm
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Perversos como esos abundan en ese país, amparados por el poder que engendra la dictadura Castro-comunista. Abusos y fechorías a diestra y siniestra. Educación escolar bajo falso valores humanos. Creando a estos tipos que se atreven al abuso de menores, sin poderse apelar a una justicia que no existe. La autora guardó para sí este trauma, consciente que jamás sería escuchada en ese país y no se haría justicia. Cómo esa niña de aquellos años y hoy habrá muchas. Tu valor de escribir y denunciar te pone muy alta ante los que guardan silencios y el depravador si lee ese artículo debe sentirse como un inmundo insecto.
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